Elena, Juanita y Thomas (El impulso de Dios)
Tras una semana de haber compartido con Elena mi refacción, quede inquieto en poder conocer más sobre la vida de ellos y los niños que se mantienen en el semáforo. Esta inquietud me llevo a entender que cuando Dios pone un impulso en tu vida sobre algo por hacer te dejara inquieto hasta que el objetivo se cumpla. Un día atrás tuve la oportunidad de compartir a mi amigo Ever sobre lo que Dios estaba poniendo en mi corazón “Invitar a los niños del semáforo a entrar a un restaurante, sentarse y comer conmigo”, Ever ofreció apoyarme con cierta cantidad de dinero para la causa, tomando el compromiso de cumplir con El impulso de Dios. Y entonces llegó el momento… Hoy por la mañana como acostumbro pase por el semáforo en donde Elena vende sus chicles y le hice la invitación a ella y sus amigos a que pudiéramos almorzar juntos adentro de la pizza, pude ver sus ojos de admiración y emoción a lo que ella respondió con una Sonrisa SI. Entonces quede con ella para l...